Se pide intervenir en un extremo del salón de la vivienda, situado en un bloque de pisos, en una zona que anteriormente fue una terraza y fue convertido en una ampliación y cierre del salón, quedando infrautilizada.
La principal necesidad planteada es dotar a las perras de la clienta, una Pastor Alemán y una Border Collie, de un espacio de descanso y, a la vez, una manera de hacerles poder subir a la ventana del cierre para ver el exterior.
Además, se cuenta con la presencia de un radiador fijo a la pared y de un refrigerador semifijo, que puede moverse pero necesita de una conexión a la pared, que no pueden ser modificados. También se pide preservar una planta de interior de relativas grandes dimensiones.
El principal reto de este proyecto reside en los condicionantes existentes, principalmente las ventanas y las máquinas fijas, y aprovechar el reducido espacio proporcionado para el movimiento en altura de unas mascotas relativamente grandes. 
Aunque no se especificó inicialmente, puede verse en las fotografía proporcionadas por la cliente en su petición que existe una configuración previa del salón, dotado de un sofá, y una gran mesa con televisión, tocadiscos y librería, dotada de una lámpara. Respetando este espacio, destinado a los ocupantes humanos de la vivienda, este proyecto adquiere la necesidad de integrar a los animales en la vida del hogar, sin relegarlos a una posición apartada o inferior.
A su vez, la petición de añadir cactus al lugar se consideró peligroso para los animales, por lo que realizar un juego espacial que compatibilizara la necesidad y el deseo resulta un desafío.
Al haber sido sujeto a una reforma reciente, de menos de un año de antigüedad, se considera ineficiente intervenir tanto en el suelo como en la carpintería del cerramiento, siendo ésta un condicionante añadido, tanto funcional como estético.
ANTES Y DESPUÉS DE LA INTERVENCIÓN
FOTOGRAFÍA Y RENDER
Inspirado en los deseos de la clienta, relativos a ambientes naturales cálidos, se emplea de referente la arquitectura de desierto, encontrada en Marruecos, países de Oriente Medio, o partes de Andalucía, proyectadas en la herencia colonial de México. Aquí es donde encuentra la principal inspiración de este proyecto, el arquitecto mexicano Luis Barragán.
En la solución se destaca una estructura basada en prismas cuadrangulares superpuestos, imitando una formación rocosa para tortugas, que se colocan en espiral para permitir que los animales puedan subir a la ventana, sin bloquear el movimiento de éstas. Debajo de la estructura se construye un espacio vacío que, a modo de cueva, proporciona un espacio de recogimiento para las mascotas.
La estructura principal se sitúa mirando hacia el interior del salón, creciendo en altura a medida que se aproxima a la ventana, favoreciendo el paso natural de la luz. De este modo, se integran los dos espacios, el humano y el animal, favoreciendo tanto su interacción como su distanciamiento. Es decir, un lugar para que tanto la clienta como sus mascotas puedan relajarse.
Como material principal se considera la madera, tanto por su correlación con el ecosistema recreado para tortugas y sus propiedades térmicas como, en un sentido más funcional, por la facilidad en su limpieza, algo necesario en un ambiente de animales domésticos. En este mismo sentido, la adición de camas caninas comerciales permite su fácil retirada y limpieza, así como de la alfombra, preferible ante alternativas fijas como la moqueta. Ésta se escoge de pelo largo y color verde, proporcionando un tacto suave y similar al de la hierba.
Se dota a este espacio de vegetación, tanto por la planta preexistente como por nuevas especies. Al tratarse de un espacio para animales, éstas plantas se envuelven la parte superior de las paredes y en el techo, para que las perras no puedan acceder fácilmente a ellas y dañarse con las espinas de los cactus.
Tanto para favorecer la relajación como para remitir a una sensación térmica contraria al frío, se emplea una iluminación cálida que tiene en cuenta la instalación del resto del salón, sin modificarla.
De manera complementaria, se instala en alto una lámpara de lava, que proporciona una luz azul con un movimiento orgánico, que remite al fondo marino. En conjunción con la vegetación, la alfombra y la estructura de madera, recrean estéticamente un ecosistema para tortugas acuáticas.

Inspiración en la obra del arquitecto mexicano Luis Barragán

BOCETOS
PLANOS DE LA INTERVENCIÓN ESPACIAL
Realizado durante el Máster de Diseño de la Universidad Complutense de Madrid.

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